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El sistema digestivo desempeña un papel crucial en la salud general. Mantener un intestino sano y una microbiota equilibrada es esencial para el bienestar general del cuerpo.
Por Redacción Salud
Cada año, el 29 de mayo, se celebra el Día Mundial de la Salud Digestiva, establecido en 2005 por la Organización Mundial de Gastroenterología (WGO) para sensibilizar a la población sobre la importancia de prevenir y tratar las enfermedades digestivas.
La salud digestiva se refiere al correcto funcionamiento del sistema digestivo, que incluye un tránsito intestinal adecuado y una microbiota intestinal equilibrada. Este sistema es vital porque extrae los nutrientes de los alimentos, proporciona energía y produce enzimas y microorganismos esenciales para el funcionamiento del cuerpo.
En los últimos años, se ha descubierto que aproximadamente el 80% de las células inmunitarias se encuentran en el intestino. Por lo tanto, cualquier problema en el intestino puede afectar el sistema inmunológico y causar enfermedades. Es importante señalar que no todas las bacterias intestinales son perjudiciales; muchas de ellas son beneficiosas para la salud digestiva.
La alimentación, un pilar fundamental para la salud digestiva
Una dieta equilibrada y variada es esencial para mantener una buena salud digestiva. La frase popular “somos lo que comemos” es más relevante que nunca, ya que cada vez más personas reconocen la importancia de una alimentación saludable no solo para mantener un peso adecuado, sino también para prevenir enfermedades.
Consejos para una buena salud digestiva:
La WGO proporciona varios consejos para mantener una dieta saludable y una buena salud intestinal:
- Una dieta rica en fibra favorece el tránsito intestinal y facilita la evacuación. Se recomienda consumir entre 30 y 40 gramos de fibra al día.
- La fibra necesita líquidos para hincharse y proporcionar volumen a las heces. Se deben beber al menos dos litros de líquido al día. El agua es ideal, pero también son buenas opciones el té, el café y la leche (el alcohol no lo es).
- Los alimentos procesados suelen tener poca fibra y nutrientes, y a menudo contienen grandes cantidades de grasas saturadas, sal y conservantes que pueden ser perjudiciales para el organismo.
- Fumar puede disminuir la presión en el esfínter que separa el estómago del esófago, promoviendo el reflujo gástrico y aumentando el riesgo de cánceres digestivos.
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